Queremos que sepas que respetamos tu privacidad. Si deseas saber cómo recopilamos, utilizamos y compartimos tus datos personales, puedes leer nuestra política de cookies aquí para conocer nuestras prácticas de privacidad.
Los datos pueden utilizarse de varias maneras. Pero el objetivo principal es obtener información sobre el uso de la web por parte de los clientes, como el número de visitas y el origen del tráfico. En este caso, podríamos utilizar Google Analytics, Google Tag Manager y Meta Pixel Ads u otros.
Para prestar servicios esenciales, como tramitar solicitudes de productos y servicios, gestionar pagos, ofrecer atención al cliente, procesar pedidos y transacciones, confirmar información del usuario, mantener tu cuenta activa en nuestra plataforma, facilitar tu participación en áreas públicas de nuestro sitio, comunicarnos contigo, detectar y supervisar incidentes de seguridad, protegerte contra acciones maliciosas o ilegales y resolver errores que afecten a la funcionalidad prevista.
Esta obra es la ganadora de la VII edición de nuestro concurso Arganzueloros, El objeto del presente concurso es dar a conocer a compañías, directores y directoras de escena noveles con una nueva mirada sobre los clásicos del Siglo de Oro.
El Gran Teatro del Mundo se ha acabado y el director de la compañía ha muerto. Don Fiasco y Cristino, dos de sus actores, han sido arrojados a la incertidumbre del arte y, perdidos en un nuevo mundo dominado por el ocio, tienen que labrarse su futuro. ¡Silencio, se piensa! es una distopía en la que el teatro ya no es arte, sino puro entretenimiento. Una institución llamada “La Inspección de Vidas y Espectáculos” lo controla todo y exige la sumisión a un «no pensamiento». La obra es definida como un auto sacramental en tono de farsa. Con este montaje Producciones El Dramaturgo trata de revivir un género olvidado a pesar de haber sido tan importante en la dramaturgia hispana. En ¡Silencio, se piensa!, el auto sacramental se renueva acudiendo a diferentes corrientes de la dramaturgia moderna (Beckett, Ionesco, Valle Inclán, Ghelderode o Tadeusz Kantor) para ser usado a modo de crítica y como un vehículo inmejorable para indagar en aspectos poco visitados por el teatro del momento.